Alimentos en su estado puro y ciclos naturales como guía para nuestra salud.

Alimentos en su estado puro y ciclos naturales como guía para nuestra salud.

Según los sabios Taoístas de la antigua China (precursores de la Medicina China), el hombre y la naturaleza están hechos de las mismas partículas pero en diferente densidad, es decir, somos una especie más de las que integran este paisaje que vemos a diario, y como tal, estamos influidos por los fenómenos de la naturaleza y los astros ya que tenemos un origen común.

A  grandes rasgos sabemos que los elementos que están presentes en la naturaleza, como el agua, los diferentes minerales, etc, también son parte integrante de los sistemas humanos.

Para entender como nos influyen los astros, y darnos una idea de ello, basta con mirar cuántos cambios se producen en la naturaleza y en muchas personas los días de luna llena. Gracias a la observación detallada y minuciosa de los fenómenos de la naturaleza y su similitud con aquello que ocurre en los humanos, los sabios pudieron desarrollar en la antigüedad esos sistemas médicos que, en la actualidad, no sólo están más que vigentes, sino que además han ido ganando protagonismo como solución para muchas enfermedades.

Esta regla vale también para la alimentación. Consumir productos que no están en su estado original (refinados, grasas hidrogenadas, conservantes, etc.) o que no proceden directamente de la naturaleza en su estado puro, ha provocado la aparición de nuevas enfermedades.

Ya en la antigüedad, la Medicina China daba tanta importancia a la alimentación y al cuidado de los órganos digestivos que hasta se llegó a crear “La Escuela del Centro”, refiriéndose a la ubicación en el cuerpo humano, de los órganos encargados de la digestión. Se sostenía que la salud del ser humano dependía del tipo de alimentos que se ingerían y de la correcta asimilación de los mismos.

Ya se observaban una serie de enfermedades “extrañas” derivadas de los malos procesos digestivos.

Hoy en dia, la alimentación moderna y los procesos de desnaturalización de los alimentos por la mano del hombre, dan la razón a este concepto y estamos siendo testigos de un sinfín de enfermedades (muchas de ellas autoinmunes),  que tienen su  origen en disfunciones digestivas.

Muchos nos dirán que también vivimos en una sociedad “estresada”, afirmación bastante verosímil, pero un factor que también ha existido en la antigüedad, ya que también existían guerras, invasiones, pestes o escasez de alimentos. En este sentido el factor emocional ha estado siempre presente en todas las épocas y como tal, es considerado motivo de enfermedad para muchas medicinas holísticas.

Estudios recientes coinciden con lo que sostenían en la antigüedad los Médicos de la Antigua China respecto al origen (etiología) de estas enfermedades.

Para dar un ejemplo de ello, el Dr Jean Seignalet (1936-2003) un prestigioso Médico y Catedrático de la Universidad de Montpellier (Francia), y reconocida autoridad mundial en la investigación sobre cómo influye la alimentación en nuestra salud ,  desarrolló en su libro “Alimentación la 3ª Medicina” la teoría del “ensuciamiento celular” como origen de enfermedades  autoinmunes, reumatológicas, neurológicas y origen de muchos cánceres. Todo ello derivado de la alimentación moderna.

La Medicina Tradicional China ya hablaba de “humedad” o “flema” (según su densidad) respecto a este concepto, refiriéndose a la turbidez que provoca este ensuciamiento celular, y que también provocaba entre otras cosas: obesidad, flemas en el pulmón, alteraciones en las conexiones nerviosas, entre un largo sinfín de desórdenes en el cuerpo.

Pero lo más importante para el lector es saber cómo se producen estos procesos y como evitarlos. A grandes rasgos podemos decir que lo primero que se debe hacer es conservar una buena salud intestinal ya sea comiendo alimentos en su estado más natural (evitar los refinados) , y aumentar el consumo de fibra alimentaria para impedir el estreñimiento.

Cada vez ha tomado más protagonismo la hipótesis de que, las bacterias que proliferan de forma anómala en cantidades muy superiores a lo que se debería (debido a un desequilibrio en la flora intestinal), se adhieren a las paredes intestinales por largos periodos aumentando su permeabilidad, lo cual abre paso al torrente sanguíneo, éstas mismas u otras bacterias, así como también partículas de alimentos que normalmente un intestino sano no dejaría pasar.

Este sería el origen de muchas de las intolerancias alimentarias y otras enfermedades ya que el pasaje de estas bacterias al torrente sanguíneo deprime en gran medida el sistema inmune que debe luchar constantemente contra ellas.

Por otro lado, y según la visión moderna de la Medicina China y de Seignalet, todo lo que no es asimilado por nuestro organismo ya sea porque está tan adulterado que el cuerpo humano no sabe que hacer con ello, o por una deficiencia del sistema digestivo, se queda en el organismo de forma que es muy difícil para nuestro cuerpo poder eliminarlas.

Esto provoca la llamada “humedad o flema” según los conceptos de la Medicina China o “ensuciamiento celular” según el concepto más moderno de Seignalet, o para otras disciplinas simplemente “toxinas”.

Deberíamos entonces, alimentarnos de lo que nos da la tierra y todos los productos de estación ya que el hombre y la naturaleza tienen el mismo origen y siguen los mismos ciclos. Esta es una base de la Alimentación Energética de la Medicina China.

Seignalet incluso en sus teorías proponía volver a los alimentos en su estado original como única forma de evitar estas enfermedades. Recomendaba  evitar los alimentos que han sufrido tantas modificaciones que ya serían incompatibles como parte de la alimentación humana, como es el caso de algunos cereales.

En verano podemos aprovechar la abundancia de frutas y verduras de estación, y tratar de reducir en lo posible los alimentos picantes (ajo, cebolla, pimiento, jengibre, alcohol en exceso) ya que la estación es demasiado calurosa , y este tipo de alimentación también es considerada por la Dietética Energética como “muy caliente”. La suma de las dos cosas no sería recomendable para todos aquellos que de por sí sufren mucho el calor.

Tenemos en nuestras manos un potencial importante que es la alimentación como primera barrera para evitar las enfermedades y aunque hay muchos otros factores que provocan desórdenes en nuestro cuerpo, una alimentación adecuada minimiza en cierta medida los efectos de lo que no está a nuestro alcance respecto a la salud.

Oscar F. Geninazzi

Graduado en Medicina Tradicional China.

Instructor de Chikung /Taichi ‘Chuan