¿Qué tipo de ejercicio físico se adapta a mi condición de salud?

¿Qué tipo de ejercicio físico se adapta a mi condición de salud?

En este artículo he querido desarrollar un tema con el cual me encuentro frecuentemente en las consultas y que, a mi modo de ver, tiene una implicación importante en la salud de mis pacientes. “El Deporte es bueno para la salud” es una frase que escuchamos a menudo y la mayoría de nosotros coincide en darle la razón a esta afirmación.

Sin duda, todas las medicinas consideran que el deporte es bueno física y psíquicamente, ya que fortalece la circulación sanguínea, mejora el funcionamiento de nuestro sistema inmune y nos aleja por un momento de nuestras preocupaciones diarias, entre otras cosas.

A partir de allí, y con la ayuda de un profesional, debemos buscar el ejercicio físico que más se adecue a nuestra situación de salud actual. Siguiendo el concepto de las medicinas tradicionales, el ejercicio que más nos conviene se debe adaptar a nuestras necesidades en cada momento de nuestra vida. El primer concepto, y el que siempre repito, es “escucharnos a nosotros mismos”. Nuestro cuerpo es sabio y no es bueno imponerle un ritmo que no le apetece. Un día que nos encontremos con mucha energía nos puede apetecer coger la bicicleta, correr o subir una montaña. Por el contrario hay momentos que el cuerpo nos pide movernos menos o realizar actividades de menor impacto, incluso, detener la actividad o el deporte por algunos días. De esta manera, hay personas que utilizan el ejercicio para sacar el estrés diario (lo cual es positivo) pero realmente no estarían en condiciones de hacer una clase de spinning o cardiovascular por su actual condición física.

Estas actividades consumen mucha energía y con la sudoración, como sabemos, perdemos muchos minerales (entre otras cosas) que después no son tan fáciles de reponer. El hierro, por ejemplo, es el mineral que más preocupa a los deportistas de alto rendimiento, especialmente a las mujeres, que tienen más pérdida de sangre debido al período menstrual. El hierro se encarga de transportar el oxígeno por la sangre hasta los tejidos, y el descenso provoca cansancio, fatiga y palidez complicándose, en algunos casos, hasta originar una anemia ferropénica. Puede parecer saludable porque el cansancio nos lleva a coger el sueño más rápidamente, pero, en el largo plazo, este consumo excesivo de una energía que no tenemos, nos puede provocar más inconvenientes que ventajas. Personas anémicas, excesivamente delgadas, con insomnio de conciliación, etc., deberían regular la realización de este tipo de actividades.

Existen otros ejercicios que, en lugar de consumir energía, nos pueden ayudar incluso a aumentar nuestros niveles de la misma, como es el caso del Yoga, El Chi Kung, el Taichi, Pilates, etc. Pensemos que a medida que vamos cumpliendo años las articulaciones y los huesos ya no se regeneran a la velocidad que lo hacen cuando tenemos 20 años. Por lo cual, un movimiento suave y armónico como en el caso del Taichi, o un estiramiento coordinado con la respiración como es el caso del Yoga, son los ejercicios más adecuados. Hay otra lista de ejercicios contemporáneos como el Pilates que se basa en una serie de secuencias controladas y que implican enfocar la conciencia en nuestro cuerpo durante la sesión.

 

Por otro lado en los últimos tiempos hemos sido testigos la proliferación del “Running”. Cada vez hay más gente que se apunta a las cursas y maratones. El ejercicio aeróbico aumenta nuestra capacidad pulmonar, es cierto. Pero también pone a prueba nuestras articulaciones ya que mucha gente suele correr sobre terreno duro y el impacto repetido hace sufrir nuestra estructura ósea, sobre todo rodillas y miembros inferiores al completo. Si tenemos en cuenta que ya con los años vamos camino a un desgaste natural, este factor se suma a ello.

Otro caso hoy en día que está en foco de atención es el ejercicio de levantamiento de peso. Si lo hacemos para tonificar los músculos, y siempre asesorados por un profesional, puede llegar a ser beneficioso. Pero es cada vez más frecuente ver personas que lo hacen por su cuenta, sin ningún tipo de control por parte de un profesional y levantando más peso del adecuado. En este caso, a mediano o corto plazo, todo el sistema osteoarticular sufrirá daños; siendo la columna vertebral la más afectada. Con los años, los discos intervertebrales van disminuyendo de tamaño lo cual puede provocar que desarrollemos artrosis. Si a esto le sumamos que el levantamiento de peso produce el “aplastamiento” de esos discos, el tema es muy preocupante. Hoy en día los profesionales de la salud reciben cada vez más personas (muchos de ellos jóvenes) con hernias discales y problemas de columna vertebral. El ejercicio de “las sentadillas” en este caso es el más perjudicial para estas estructuras.

Por todo lo anterior, es importante pensar que hay una edad y una condición física determinada para practicar cada tipo de ejercicio como he comentado en este último ejemplo. Hay una excepción a esta regla y es el caso de la natación, el cual es un ejercicio que se puede practicar a todas las edades. Nadar siempre es beneficioso, sobre todo, porque al eliminar el efecto gravedad (contacto con la tierra), hace que nuestro cuerpo se mueva con un desgaste mínimo. Por lo demás, es ya conocido por todos que, la natación tiene todas las virtudes que puede reunir un ejercicio físico al realizarlo. Además del trabajo físico es muy importante tener un trabajo a nivel de nuestra conciencia, ya que la intensidad de las comunicaciones y el bombardeo de estímulos externos a los que estamos expuestos, nos hacen perder conexión con nosotros mismos. Lo podemos comprobar cuando viajamos en el transporte público en el cual vemos al resto de los viajeros con la atención puesta en la pantalla de sus móviles. Enfocarnos en mostros mismos ha sido la idea fundamental de muchas disciplinas orientales.

Es curioso en el caso del Chi Kung, un tipo de ejercicio que se realiza de pie (meditación del árbol). El ejercicio consiste en estar en la misma posición todo el tiempo que a la persona le sea posible. De esta manera el ejercicio es interno, es decir, vamos cogiendo conciencia de cada músculo y cada parte de nuestro cuerpo ya que estar mucho tiempo de pie requiere una atención plena, y la coordinación de todas sus partes. Aún así, podemos llegar a subir las pulsaciones por minuto como un deportista de élite pero estando concentrados en una posición específica. Un conocido médico lo ha puesto en práctica en varios centros de salud privado de China con resultados altamente positivos. La principal ventaja de este ejercicio es que produce una oxigenación de las células, lo cual es muy beneficioso para la salud. Este ejercicio en especial, lo recomiendo a todos mis pacientes.

Aunque sea mínimo, busquemos practicar ejercicio. “El movimiento es vida… la quietud es muerte” como dice un antiguo proverbio oriental.

 

OSCAR F. GENINAZZI
Graduado en Medicina Tradicional China
Instructor de Taichi-Chi Kung