10 pasos para reinventarte durante el confinamiento en casa

10 pasos para reinventarte durante el confinamiento en casa

Por: Fabiola M
Fotografía: Kinga Cichewicz

“Estar en casa no solo significa estar encerrados y comernos la cabeza, también hay una parte positiva: sentirnos libres para reinventarnos y hacer lo que nos está pidiendo el alma”. Mónica Mercadal (@Monwellness).

Durante varias semanas de cuarentena hemos ralentizado los ritmos de nuestras rutinas y nos hemos adaptado a diversos cambios, pero sobre todo, hemos podido estar más en contacto con nosotros mismos. 

El proceso de desconfinamiento tomará su tiempo, y en los siguientes meses tendremos que seguir en casa el mayor tiempo posible. Pero eso no tiene porqué ser malo, al contrario, es el momento de aprovechar las condiciones de esto que llaman la “nueva normalidad” como una oportunidad para reinventarnos.

Hace unos días Mónica Mercadal, naturópata y divulgadora de hábitos saludables que además tiene Artritis Reumatoide, desde su canal de instagram @Monwellness compartió un directo con Mareva Gillioz, dietista y coach, para hablar de cómo aprovechar el confinamiento para reinventarse. Las dos influencers estuvieron de acuerdo en que “la misión del confinamiento es que tiene que ser transformador”.

Aquí te presentamos un resumen de esa charla en forma de 10 pasos esenciales para reinventarte.

1. Reinventarse es reencontrarse

Tal como dice Mónica, “es un gran lujo poder tener este momento para hacerte preguntas desde el silencio, desde el interior”. La esencia de la reinvención es hacer ese viaje interior para darte cuenta de todo lo que eres capaz de hacer y dónde te sientes cómoda. A través de esa conexión contigo misma podrás descubrir dentro de ti qué es eso que haces muy bien y que, además, te hace feliz. 

Muchas veces decimos “a mí se me da muy bien pintar, ordenar, cocinar…” Al ser consciente de qué es lo que se te da muy bien, estarás dando un paso que te acerque más a tu verdadera pasión. Piensa que todo aquello que hagas con pasión marcará la diferencia. Entender bien de qué somos capaces es empoderamiento total. Si por el contrario, no dedicas el tiempo suficiente a liberar eso que sólo tú haces de esa manera tan única, se creará un vacío.

El autoconocimiento es esencial para trazar un plan y poner tus energías y emociones en llevarlo a cabo. “Hay que aprovechar el confinamiento para escucharse, observarse y dedicar un momento de cada día a alimentar ese sueño. Total, soñar es gratis”, opina Mareva. 

2. Autoescucha y modo ‘observación de ti misma’

Si no sabes por dónde empezar, un buen comienzo es hacer el ejercicio de escribir todo aquello que has hecho bien durante el día. Comienza a identificar lo que a lo largo de tu vida te ha hecho sentir bien. “Piensa en esa etapa en que fuiste tan feliz y que fluías, y sentías que estabas donde te tocaba estar”, recomienda Mónica; “enfócate en ti y en tu felicidad y no en la que se supone que deberías tener”, añade Mareva.

Tal como dicen ellas, “todo mundo alberga en su interior algo para lo que nació que le sale redondo, que hace muy bien”. Tu reto será identificar ese don o esa vocación y comenzar a enfocar toda tu atención en él. 

3. Ese don también puede ser un modo de vida.

Se puede dar el caso, perfectamente, de mantener tu profesión y además dedicarle tiempo a tu vocación. Sin embargo, lo ideal sería poder ir encajando las piezas para que en el futuro esa vocación se convierta en tu actividad económica principal. 

Por eso es importante intentar enfocarte desde un principio en esta idea, y poco a poco llevar todo a tu terreno para hacer de esa pasión algo super especial que solo tú eres capaz de hacer y que por ese motivo podrás venderlo a otras personas. 

“Hay gente que lleva años haciendo algo que no le llena o le deja insatisfecho”, opina Mónica. De continuar así, se corre el riesgo de vivir esclavizada y en deuda contigo misma haciendo algo que, quizá, te ayuda a pagar las facturas pero que no te llena. “No se trata de dejar tu trabajo pero sí de creer en ti y alimentar tu pasión”, continúa. Piensa que la primera que tiene que dar credibilidad a ese sueño y creer que lo haces bien eres tú.

Para alinear tu vocación con una fuente de trabajo, puedes empezar por responder a las siguientes preguntas:

  •  ¿Qué necesidad hay allí afuera?
  • ¿En dónde puedo plasmar mi conocimiento?
  • ¿Qué puedo hacer ahora con lo que tengo y con lo que no tengo?

4. Aprende a soltar

“Tú puedes valer para una cosa los primeros 20 años de tu vida, pero luego la vida te da un vuelco”. Efectivamente, como dice Mónica, es mucho más positivo de lo que piensas que un buen día te des cuenta de que quieres cambiar. Eso significa que has evolucionado y que, muy probablemente, ya has comenzado el proceso de reinvención aunque no te hayas dado cuenta. Lo interesante ahora será aprender a soltar. A desprenderse de lo superficial para conectar con nuestro instinto. 

Posiblemente, durante estos días hayas tenido la sensación de que antes del confinamiento estabas haciendo demasiadas cosas, y que muchas de ellas se interponen entre lo que verdaderamente te apasiona hacer y tú. Quizá es el momento de dejar ir las cosas que no contribuyen a alimentar nuestro sueño, y redirigirnos para tomar otro camino. Incluso, puede ser que empecemos a aburrirnos de lo que nos apasionaba hace un tiempo. No pasa nada, como dice Mónica, “tenemos derecho a aburrirnos de un don y cambiar para poner en práctica otro”.

5. Pregunta al entorno 

Si te sientes perdida pide consejo a la gente que te conoce, a quien vive contigo día a día. Ya que, como dice Mareva, “ellos te ayudará a reconocer tus sombras y tu lado más luminoso porque muchas cosas nosotros mismos no las vemos”.

Escuchar a la gente también te ayudará a reafirmarte y sentir confianza en ti misma, porque a veces no nos creemos que valemos para una cosa aunque para los demás sea algo evidente. “Quizá te educaron para no creerlo. Muchos de nosotros hemos crecido con clichés terribles”, nos contaba Mónica según su propia experiencia. 

6. Arriesga y date la oportunidad de equivocarte

Lánzate, pero sabiendo que es por algo que vale la pena. “Aunque te pegues una hostia, pero si no lo compruebas dejas de vivir”, opina Mónica. “Aunque salga mal el proyecto, una parte de ti siempre saldrá ganando porque te diste el permiso de hacer lo que necesitabas para cambiar”, continúa Mareva. 

Estamos de acuerdo con ellas y pensamos que los errores son muy honorables. Cada vez que te equivoques piensa que:

  1. Te diste la oportunidad
  2. Fuiste valiente
  3. Estabas enfocada en una dirección pero la vida te ha dicho que gires un poquito y que no es por allí, escúchala.

8. Ver el miedo como un aliado.

Es un hecho que los miedos nos bloquean y nos paralizan. Pero si aprendemos a utilizarlos como un trampolín, el resultado te puede sorprender. Hay que intentar ver el miedo como ese desafío que nos servirá para pasar a la acción. 

El foco es muy importante y hay que llevar el pensamiento hacia lo que sí podemos hacer. Como dice Mareva: “el miedo viene con el riesgo y quien no arriesga no evoluciona”. Hacer com dice Mónica “un cara a cara con tu propio yo, con tu ego, para afrontar aquello que te daba miedo y encarar las cosas desde otra perspectiva. El no ya lo tienes. Tírate, descubre, indaga, bucea”. 

Este camino no será fácil. Hará falta empeño, motivación y mucho trabajo. Pero no tengas miedo a cambiar de perspectiva y transforma ese miedo en el fuego que necesitarás para motivarte. 

Mónica y Mareva también hablaron de la resiliencia, que es la capacidad de adaptarnos y de superar situaciones traumáticas. Nos va a ayudar, por un lado, a sostenernos y, por otro lado, a ser flexibles. El poder de adaptarnos nos dará seguridad, y esa seguridad hará que el miedo afloje y fluya la creatividad. 

8. Déjate fluir, pero conduce el timón a tu favor. 

Estar todo el tiempo frenando agota e, incluso, te cambia el carácter y puedes llegar a amargar a la gente de tu entorno. De allí la importancia de saber dónde estás cómoda y que estás haciendo algo orgánico que no te representa un esfuerzo.

En estos días ha aflorado una creatividad brutal porque la gente se está permitiendo hacer lo que le pide su necesidad de expresión. Sin condicionantes de tiempo y con miles de recursos a la mano. Fluir con inteligencia significa fluir, aprender y adaptarse. Aprovechar las circunstancias identificando en qué parte de ellas encajamos mejor. 

Una muestra de eso es la propia situación de confinamiento, como dice Mónica: “nos han dicho “todos en casa” y ¿qué hemos hecho? La humanidad se ha quedado en casa, se ha adaptado y se está reinventando”. 

9. Pedir ayuda

La parte económica o formal de tu nuevo proyecto es importante, pero para llevarlo a la práctica a veces hace falta pedir ayuda. No estamos obligados a hacerlo todo solos, pedir ayuda es una gran manera de reinventarse y enfocar la energía solo en lo que te apasiona hacer. A veces dispersamos la energía en cosas que no nos tocan en lugar de dirigirla a lo esencial. 

Para esto puedes pedir ayuda a coaches que se dedican  a orientarte sobre cómo puedes ganarte la vida con esto. También puedes recurrir a libros de expertos en eso que tu también quieres hacer.

10. Rodearnos de la gente correcta

La gente que nos rodea juega un papel muy importante. Hay gente que suma y gente que resta, y es importante aprender a identificarlos. Durante el proceso de reinvención necesitamos estar cerca de alguien que nos impulse y que nos motive. “Si estas cerca de gente con la que siempre chocas o que tiene una actitud combativa, esa relación te irá amargando”, opina Mónica. Apoyémonos en gente que nos eleva, que nos hace críticas constructivas y que nos aporta ideas de valor. 

Aprovecha la situación y comienza cuanto antes a seguir esos pasos. Nos gustaría saber qué estás haciendo tú para reinventarte.